lunes, 19 de agosto de 2013

ella buscaba el amor
y yo también, sin duda
quería enamorarme
de una manera loca
violenta y feliz, tierna
y movilizante, yo buscaba
un amor de esos que 
te cambian la vida, y ella
también, estoy segura
que estábamos las dos 
rotísimas por dentro y
cuando nos encontramos
fue un desfile de luces
nos creíamos dos unicornios
reunidos después de años
de tanta, tanta soledad
ella amaba los libros
casi tanto como los amo yo
y la música, ah, esos puentes
tocaba el cello, me dijo y
me enamoré un poquito
se reía de todos mis chistes
y me enamoré otro poco
la primera vez que hicimos
el amor, porque eso no era
coger, no señor, era el amor
lo que hacíamos, desde la 
primerísima vez, pensé que
me moría, sentí perdída la noción
de los límites de mi cuerpo
y me enamoré un montón
de su cuerpo y del mío, juntos

no he vuelto a sentir ese abandono
ni esa furia dulce que inunda
los momentos y te atrae hacia
ese territorio desconocido 
que es el otro, la otra, que
duerme al lado tuyo, que toma
mates con vos y te da besos
entre risas y películas de llorar
pero dos necesidades, dos deseos
acercan pero no sostienen, no construyen
ella quería quererme y yo también
pero faltaba querer estar y no solo
necesitar, desear, anhelar algo
que intuíamos venía en camino
pero no era conmigo, no 
no era con ella, dos necesidades
no hacen el amor, pero sí un amor
una historia de amor, que no me olvido 
que cambió mi vida y todo, que me
enseñó que amar es otra cosa
que la vida no está en otra parte
ni en un distante momento futuro
está acá, es ahora, es este minuto
este espacio en que no estás


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