me queda la lavanda
de tu piel
guardada
en los dedos
y en mi propia piel
una señal
para la ternura
del deseo que vuelve
de a poco
a habitarme
me hice un mapa
de mi misma
lo dibujé
minuciosamente
haciendo marcas
miguitas de pan
-pero de tinta-
para tener donde mirar
cuando me sienta perdida
otra vez
cuando no puedo dormir
me imagino
minuciosamente
que nos volvemos a ver
que nos encontramos
después de todo este milenio
este abismo este páramo
que han sido los días nuestros
pongo cada vez detalles
nuevos
pero siempre siempre
llegamos a besarnos
me demoro en los pormenores
de la situación el contexto la música
que suena para las dos
tu cara acercandose a la mía
la electricidad de sentirte ahi
rompiendo la inercia que separa
tu cuerpo del mío
haciendo puentes tus labios
hacia los míos
con todo esto no quiero decir
que me ayude a dormir
sólo mantengo prendida la luz
para que me vuelva a ver
yo no sé
casi nada
me intriga mucho
quiénes seremos después de esto
de este tiempo en pausa
pero
que corre corre corre
yo no sé si nos van
a importar las mismas cosas
si vamos a amarnos
si vamos a soltarnos
si los abrazos volverán
a sentirse refugios
yo sé que esta noche
tengo miedo
y estoy sola, en casa
y es todo tan hondo
que pruebo escribir
a ver si puedo amasarlo
darle una forma que pueda
comunicar, sostener, acariciar
yo no sé qué nos va a importar
después de todo esto
qué trincheras habremos sabido construir
que empatías nos habrán hecho puentes
qué misterios nos encontrarán
por ahora respiro, cebo un mate
reconozco: tengo miedo
del presente
y del futuro también.