martes, 4 de febrero de 2014

una vez me enamoré
de una mujer bella y clara
que estaba tan cerca de mí
como dos personas pueden
estar cerca una de la otra
ella me amaba también
como le salía, como sabía
(pero siempre menos de
lo que nos animábamos)
estaba tan dentro del closet
que había que verla, abrazada
al gamulán de su padre, temblando
había que ser de piedra
para juzgarla con dureza
(y yo no soy de piedra)

un día se me perdió, quedó
en un recodo del camino que
ya no caminamos juntas
no estamos tan cerca, es más
crece la distancia entre nosotras
y está bien, es parte de este andar
que no nos encuentra.
pero guardo en mí el amor
la ternura esa felicidad tranquila
de los días en compañía, y sonrío,
con los ojos abiertos hacia lo que
está por venir, lo que nace, lo que
crece dentro mío este febrero
de lluvia y reencuentros.

3 comentarios:

  1. Y a seguir caminando, con los ojos abiertos, que quizás en otro recodo del camino encuentres a alguien que te pueda acompañar. Es mi deseo para vos, linda Cristina, este febrero de lluvias.

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  2. Y a seguir caminando, con los ojos abiertos, que quizás en otro recodo del camino encuentres a alguien que te pueda acompañar. Es mi deseo para vos, linda Cristina, este febrero de lluvias.

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  3. querida, gracias por tus palabras siempre ternuras. abrazo!

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pase, vecino, vecina, tomesé un mate y cuentemé qué le pareció.